Patria querida..."somos tu esperanza"


Felix Gerardo Ibarra Prieto

Hay un nuevo partido político paraguayo que se llama PQ (Patria Querida). Según leo en los periódicos capitalinos quieren saber quién se manifestó en el alto comando de las FF.AA paraguayas - yéndose en contra del el artículo 286 del Código Penal - condenando la no apreciación de sus ascensos por los senadores. ¿Cuál es la función de los senadores? Su obligación constitucional es acudir al parlamento y votar, fueron electos y son pagados para eso.

Una cosa es votar contra o a favor, pero negarse a hacer quórum es totalmente antidemocrático. De esta forma ¿cómo institucionalizar a la milicia? Lo más precioso en la vida de un militar es el ascenso: la disciplina, el respeto a la antigüedad son valores que los mismos no aceptan negociar. El ejecutivo yerra cuando quiere colocar la carreta –Galeano- al frente del buey- del ascenso- y el legislativo- senadores- también yerran al no apreciar los ascensos. Después hay que llorar por la leche derramada.

Una situación de la cual nunca me olvido es cuando el Rey de España visitó al Paraguay, durante el gobierno del General Rodríguez, el mismo lo llevó para mostrarle al soberano su “humilde casita” –dicen que parte de la misma sería una réplica del Palacio de Versalles- enseguida Don Juan Carlos preguntó ¿Cuánto gana un general paraguayo?

Esto viene a mi memoria cuando leo el informe de la SEIJA diciendo que los mayores beneficiados por tierras en el Paraguay fueron “las paupérrimas” familias paraguayas: Rodrígues, Wasmosy, Stroessner, Sanabria Cantero, Tomás Franco, Sandoval, los Estigarribia –liberales- y los Vargas. Esto no es un problema de Nicanor ni de la Justicia. Es falta de vergüenza nacional.

¿Pero, qué hacer en un país donde las prostitutas son llamadas de “Modelo”? y es la máxima aspiración de los “platudos” y el sueño de todos los pobres y donde las mismas son tratadas, por los medios, como celebridades. Hay que ser realista. Necesitamos de autocríticas profundas. Necesitamos criticarnos como paraguayos, como ciudadanos, como gente. Necesitamos parar y pensar ¿qué es lo que queremos? Sin embargo, todo esto llega a todos a través de ejemplos. De los poderes.

Soy paraguayo, fanático, defiendo a mi país ante cualquier desafío, en cualquier lugar del mundo. Soy campesino, trabajador, intelectual, Ciudadano del mundo. Soy globalizado, padre de familia. Hablo guaraní, me gustan las Polkas, Las guaranias, soy embajador solitario por el mundo. Hago todo lo que cualquier paraguayo común hace, pero no podría nunca callarme ante estas constataciones en un país, que a cada año que pasa- al contrario de todos- es más desigual, más hambriento, sediento y pobre.

Dónde todos los políticos –desde antaño- inclusive Nicanor, se pasan los días transando y pensando en la próxima elección y no en la próxima generación. Lo mejor que Nicanor puede hacer en este momento es quitarse de su cabeza la reelección y comenzar a gobernar, antes de que sea tarde. Al parlamento que comparezca y cumpla con su deber constitucional, votar. ¿A la justicia? Mandarle a la cárcel a los “sintierras” a sea, a los verdaderos sinvergüenzas.

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