Viva Chile


Félix Gerardo Ibarra Prieto

Hace mucho tiempo que me llama la atención los elogios dedicados a Chile por la prensa mundial con frases como “América Latina y el Caribe, excepto Chile” Cualquier diario decente que uno abra, la literatura económica y política habla muy bien de este país. Tanta atención y curiosidad me provocaba todo esto pues como vivo en Brasil, aunque sea paraguayo y conozca gran parte Europa y los Estados Unidos no conocía este hermoso país.

Decidí una día (esta semana santa) visitarlo. Estuve unos días en Santiago (espectacular), Valparaíso y Viña del Mar. Hablé bastante con los habitantes de esta región andina, preferentemente con los trabajadores que son los que miden la temperatura de un país.

Llegué un poco después de la media noche al aeropuerto Arturo Benítez Merino (muy bueno) en un vuelo de Varig. Como vivo al norte del Brasil, el viaje se hizo un poco largo, pero nada que no se resuelva con una escala en Río de Janeiro para tomar un “chop” en la famosa playa de Copacabana y una parrillada en el “Porcão”.

Los trabajadores hoteleros, taxistas y otros afines fueron bastante comedidos cuando hablaban de su país y principalmente de su clase política. Estuve muchas veces en países más desarrollados y la clase política así como la nuestra, siempre es duramente criticada, independiente del PIB.

Lo que más me llamó la atención es el crédito que le daban a esa clase bastante crucificada en otros países y no por menos. La policía también fue muy bien evaluada y en cualquier parte del país que uno vaya, hay siempre un Carabinero firme y bien presentado. Ellos parecen una autoridad, con moral y no un estilo “tahachi” como en otros países del Cono Sur.

Estuve en Las Condes. Un pueblito. Era pueblito. Recuerda aquella cueca chilena que dice así “el pueblito se llama Las Condes y está junto a los cerros y el cielo y si miras de lo alto hacia el valle lo verás que lo cruza un estero…” este lugar, Las Condes, es hoy unos de los lugares más lujosos y modernos de las afueras de Santiago.

Edificios imponentes donde están las grandes corporaciones globalizadas, estacionamientos subterráneos modernísimos, hoteles cinco estrellas, centro de convenciones internacionales y restaurantes de exquisitos manjares de la mejor cocina internacional.

¿Qué hizo este país? Bueno todos sabemos de la historia reciente de Chile, la dictadura, Pinochet y demás yerbas. Lo que está claro para todos es que la dictadura, además de haber matado y agarrado a muchos opositores, también se dedicó a construir un país, o si se quiere, a reconstruir, pues con el “socialismo” de Allende más del 40% de la economía estaba en manos del Estado, hoy está en menos del 10%. ¿Y las otras dictaduras Latinoamericanas?

Bueno, esas sólo se dedicaron a matar, a robar y a perseguir. ¿Y los exiliados políticos? En varios países de este continente hoy los exiliados están en el poder. En el Brasil por ejemplo ese proceso comenzó con la asunción de FHC, quién estuvo exiliado en Chile y Francia.

Este destierro le hizo entender que “La Teoría de la Dependencia” estaba totalmente errada y arcaica y él personalmente se encargó de enterrarla con la famosa frase “olviden lo que escribí” hoy este país está con menos suerte, pues es sabido que los que están en el trono brasileño se exiliaron en Cuba. O sea, el Brasil por dentro, aunque no parezca desde afuera, está mucho más para Fidel y Hugo Chávez.

La comunidad internacional aún no percibió. La suerte de Chile es que todos sus actuales dirigentes, otrora desterrados, aprendieron en Europa la buena política y la economía con el modelo español, por ejemplo. (PSOE) de Felipe González que decía “la primera obligación social de una empresa, es el lucro”.

¿Qué base tienen esas políticas? Recientemente la revista Veja del Brasil lo dedicó amplio espacio a Chile mostrando los números y las bases de esta política económica y social. Por ejemplo Chile tiene un PIB de 5.800 U$, o sea, cinco veces más que el del Paraguay y dos veces el brasileño; Aumentó sus exportaciones en 100% en la última década; Crece más de 5% al año.

Que envidia; Una inflación de 2,5% anual. Que competencia del BC; El desempleo está por debajo de los 10%; Los analfabetos no pasan del 4% y la expectativa de vida es de 76 años. ¿Qué querés que te diga más? Según la revista brasileña el principal motor de todo esto es el consenso y la madurez de la clase política. Nosotros no sabemos ni quién va a ser el candidato de la Junta de Gobierno de la ANR ni mucho menos del PLRA y otros.

Este consenso chileno está basado en lo siguiente: El sistema democrático es el mejor, en Paraguay muchos aún lo dudan; El sistema tributario debe ser simple. El nuestro debe ser complejo, pues vi que la municipalidad de Asunción está privatizando este sector, de lo contrario podemos decir que somos incompetentes que ni impuestos sabemos recaudar.

La economía es de libre mercado. En Paraguay los sindicalistas no quieren perder la boquita y le obliga al gobierno a hacerse cargo de aquello que no sabe donde meter (COPACO); El BC es independiente. Nosotros no sabemos si quien manda ahí es el presidente del ente o los ladrones internacionales.

El gobierno no puede gastar más de lo que recauda; Hay que hacer acuerdos comerciales con muchos países ricos. Nosotros no conseguimos acuerdo nI con Argentina y Brasil que son del MERCOSUR; La inversión en educación de calidad es prioritaria.

La ministra más popular del Paraguay es de la cartera de la educación, pero le encantan los niños cubanos que no saben lo que leen y ni pueden leer lo que quieren; La administración pública debe ser transparente y formada por especialista. Sin comentarios.

Es decir, la clase política chilena se dedica a discutir detalles para perfeccionar todo esto nada más. Los grandes temas ya están “cocinados” con la sociedad. En el Paraguay un día el presidente le ataca a los capitalistas (empresarios), en el otro, su gobierno dice que le aman. O sea, no hay consenso ni en la cabeza del cabeza.

Imagínese dentro del partido y después extendido todo eso a la sociedad. El problema es que los que están en el poder no estuvieron en el destierro y nunca vieron cosas diferentes. Vienen de regiones remotas de nuestro país y otros grandes centros mundiales de las bases partidarias y seccionales coloradas ¡Viva el Paraguay!

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