COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y RELACIONES INTERNACIONALES.




FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

La República Federativa del Brasil aprobó la ley 11.161 en el año 2005 que obliga a todas las escuelas, públicas y privadas, en un plazo de cinco años ofrecer obligatoriamente la lengua española o castellana como materia no obligatoria, o sea, la escuela está obligada a ofrecer, pero el alumno no está obligado a estudiarla. La última coma es un tiro y afloje, no entre diputados brasileños, sino entre la diplomacia francesa, inglesa y alemana. Claro, en el medio de toda buena idea, siempre hay intereses de diversos colores camuflados.

Como presidente de la APAPLE -Asociación Paraense de Alumnos y Profesores de Lengua Española- fui a firmar un convenio de cooperación internacional entre el gobierno del reino de España y la secretaria de Educación del gobierno del Estado do Pará, Brasil, la “Universidade da Amazonia” –UNAMA- y la APAPLE. El gobierno del reino de España representado por su consejero de educación de la embajada en Brasil señor Angel, el gobierno del Estado de Pará por su secretario ejecutivo de educación –SEDUC- el Prof. Dr. Mario Cardoso, la UNAMA por su magnífico rector, el Prof. Edson Franco y yo, presidente de la APAPLE.

¿Qué papel desempeñara cada una de las instituciones? El gobierno español se encarga de mandar los profesores para impartir los cursos de capacitación y actualización; la secretaria de educación del gobierno, libera a sus profesores para el curso, la UNAMA, cede su espacio físico y emite los diplomas y la APAPLE coordina y divulga el curso entre sus asociados. Claro, cada país e institución tiene un poco de interés en el asunto. Es un programa complejo y muy serio que ya venimos realizando desde hace dos años.

Aparte de ser presidente de la APAPLE, también soy el director de una prestigiosa institución que es referencia en la lengua de Cervantes, el Castilla, que este año completa diez años. El festejo será este día 15 de agosto en un teatro con show de cuatro artistas de primera categoría. Para mí sorpresa el secretario de educación del gobierno, sabiendo que yo era el director del Castilla me hizo un pedido: un niño que participó de un programa educacional en la TV Globo a nivel nacional y consiguió llegar muy lejos.

A su vuelta le ofrecieron varios regalos como computadora, video juegos, etc. y tal y para sorpresa también de todos, el sencillamente quería un curso completo de español, claro, en el Castilla. El estar ahí, como paraguayo, ya era para mí una gran satisfacción, pero recibir el pedido de beca para el niño por parte de una alta autoridad gubernamental fue lo máximo.

El jueves último fui convocado por la universidad para dar la bienvenida a los nuevos alumnos de relaciones internacionales de dicha institución. Para decirles las claves de la carrera y perspectivas para la profesión. Tuve la suerte de compartir la mesa con el cónsul de Venezuela el Prof. Dr. José Quinteros, también almirante submarinista retirado de la armada venezolana; con el Prof. Dr. Mario Amín de Colombia, profesor de economía de dicha universidad.

En la palestra procuramos cada uno mostrarle el camino a los futuros internacionalistas. Ese camino pasa por la lectura de los clásicos; la lectura diaria de los periódicos más importantes del mundo y también de las revistas semanales. También pasa por el dominio efectivo de idiomas como el inglés, español y francés.

El internacionalista es obligado a estudiar y conocer profundamente política, historia, geografía, filosofía, sociología y economía internacional. En síntesis: un profesional de altísimo nivel. Debe ser un erudito con mucha capacidad de colocar en práctica sus conocimientos prácticos y teóricos. El internacionalista puede optar por la carrera diplomática, pero en la mayoría de los casos lo absorbe el sector privado. Es un profesional que debe estar capacitado para diseñar perspectivas a nivel mundial, principalmente económicas. Como profesor de Teoría de Relaciones Internacionales, materia fundamental de ese curso de la “universidade da Amazonia” fue para mí un inmenso placer y prestigio participar del evento en compañía de tan nobles y admirables personalidades.



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