"QUE VIAJEN ELLOS"


Había una campaña, incluso entre políticos, en el Paraguay, en alusión al éxodo masivo de los paraguayos, especialmente a España. O sea, que se vayan los políticos (oficialistas) y que se queden los otros. De esta manera, según los autores de la frase, resolveríamos nuestros problemas. Engaño: el problema no son los políticos, sino la política. Si ellos viajan, alguien va a ocupar el espacio dejado. La política en el Paraguay y en todos los países del mundo es el reflejo de su historia, de su cultura, educación. No existen malos políticos y sí, malos electores.

Raciocinando con la frase arriba, podemos arriesgar que sería interesante que todos los paraguayos pasen una temporada en el exterior, pero que no se queden. Que vuelvan a vivir en el país y participar de la política, sea votando o siendo candidato. De esta forma, creo yo, cambiarían las cosas. Lo que pasa es que todos los que “viajaron” no quieren regresar. ¿Por qué? No hay trabajo, no hay oportunidad para la gran mayoría, no hay espacio para soñar. En el Paraguay, según mi óptica, en este momento, el sueño es prohibido. ¿Alguien piensa que puede ser rico trabajando honestamente en el país? pocos. Quizás los amigos del texto abajo (jefes, capitanes y pilotos)

Al regresar al Brasil, después de un viaje lleno de sinsabores con mi país, pude constatar su verdad. Yo que era tan paraguayo, aun bajo las aguas, he visto la realidad, no del pueblo, sino de sus elites. Las elites de un país, o sea, sus mejores hombres, sean en la política, en la economía, en la cultura deben ser los servidores y protectores de la sociedad en que vive y llevar en cuenta el bienestar de su pueblo. En el Paraguay sirve sólo para la dominación. Eso la mayoría percibe y se marcha. Nunca tuve tantas ganas de volver al Brasil, nunca había considerado la hipótesis de cambiar mi nacionalidad.

Gran parte de la intelectualidad paraguaya es omisa: Habla o escribe de lo que le conviene, pero no defienden causas justas. La elite económica, en su mayoría es aprovechadora, o sea, mama de lo poco que tiene el Estado. Y los que no lo hacen, son mal vistos por los políticos, como por ejemplo, la “patria sojera” La política es corrupta y arcaica: No defiende ninguna ideología, ningún proyecto importante, sino se limita a la lucha por el poder. Ello, es el único medio, el único sueño posible para gran parte de los paraguayos. El poder es uno de los pocos caminos para el éxito económico, tal vez. En común: todos son capaces de defender todo tipo de interés, menos lo nuestro. Insolito.

Como de costumbre se sienta a mi lado una jovencita paraguaya de cabellos pintaditos, bien maquillada, con la campera pesada en la mano, como si fuera enfrentar el frío polar. Enseguida me doy cuenta, no por su apariencia, sino por su modo, que es su primer viaje en avión. Destino: España. Le ayudo a colocarse el cinto de seguridad del avión y le pregunto detalles de su viaje. Le digo que puede comer lo que quiera y que no va a pagar nada más por eso. Ella me agradece con toda su humildad, su inocencia. Me pregunta si en San Pablo volveremos a subirnos en el mismo avión. Infelizmente, para ella, no. Me hubiera gustado llevarle hasta su destino final.

Me dice que se va a Madrid. Me muestra su pasaje, pero en realidad se va a París, de donde partirá a Bilbao como destino final. Allá le va a esperar su madrina que según ella, ya le tiene todo preparado. Tiene 22 añitos y ningún futuro, en el Paraguay. Apenas terminó la secundaria. Ojala que lo preparado por su madrina sea, por lo menos un trabajo digno. Cuando llegó a San Pablo, le pareció estar llegando en Buenos Aires y no sabía muy bien como era un gran aeropuerto, no me quiero imaginar su cambio de avión en el Charles de Goulle (París) porque en San Pablo (Guarulhos) aún pude ayudarle. Pero toda la odisea, según ella, vale la pena. Por lo menos, aunque sea en otro rodeo, es posible soñar. Quisiera saber si llegó y si llegó si se quedó y si se quedó que hace. ¡Pobrecita! Paraguay, según ella y yo. sólo para paseos.

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