ITAIPÚ: ¿CUÁNTO VAMOS A PEDIRLE A BRASIL?


FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

Hace dos años cuando surgió el problema del tema del gas entre Brasil y Bolivia, les decía a mis alumnos brasileños de Relaciones Internacionales de la universidad que se preparen: otro problema energético vendría, caso el entonces desconocido obispo de San Pedro, Fernando Lugo, ganara las elecciones del Paraguay. Dicho y hecho.

Una vez terminada las elecciones paraguayas, el tema llegó finalmente a todos los hogares del Brasil. Para Bolivia fue más fácil resolver el asunto porque el subsuelo de todo y cualquier país es soberano. Una vez que Evo decretó la nacionalización, Brasil tuvo que quitar su billetera y pagar lo que todos llaman de “precio justo” o sea, eso significa que Brasil se estaba aprovechando, “legalmente” de Bolivia. En una teoría realista, es perfectamente posible. El elefante propuso y la hormiguita aceptó.

El tema de Itaipú es mucho más complicado para el Paraguay, y también le deja mucho más vulnerable al Brasil. Esa energía es fundamental para el gigante del sur, pero las autoridades paraguayas no tienen como resolver por ningún decreto, a no ser por negociaciones y aprobaciones de los dos congresos. Es como cualquier empresa de cuya sociedad participan dos personas. Si uno no quiere dos no hacen. El dinero de la usina es muy importante para el Paraguay, así como la energía de la misma para el Brasil.

Lo cierto y lo concreto es que se trata de una empresa cuyo valor de mercado es hoy de 60.000 millones de U$. O sea, vale más que el PIB del Paraguay que es de 12.000 millones. Esa empresa tiene dos dueños. Cada uno tiene su derecho y responsabilidad. Si el contrato fue hecho y firmado de manera oscura, el país que lleva ventaja debe recular y recapacitar. Moralmente no se puede admitir un país como Brasil querer ese tipo de ventaja encima de un país pobre y hermano. La integración, situación en que hoy nos encontramos, comienza por la solidaridad.

Dejemos bien claro que el agua es el factor fundamental para una usina. Quién tiene el agua tiene el petróleo, quién tiene el agua, tiene el oro. Si ambos pagan las deudas que firmaron equitativamente, es obvio que los frutos deben ser repartidos igualmente, así como también los posibles perjuicios. Si se hizo un contrato desequilibrado es porque hubo corrupción de ambas partes. Era época de dictadura, años en que la transparencia no era de lo más importante. Por otro lado, hay que dejar bien claro: la idea de construir Itaipú fue brillante para ambos. En este último, nadie falló.

Lo que hasta ahora no queda claro es ¿cuál es el precio de mercado de la energía eléctrica en el mundo? ¿Existe un precio internacional? En el Brasil, el gobierno siempre vende anualmente su producción a las empresas distribuidoras. ¿Por cuánto lo hace? ¿Cómo funciona en los otros países? ¿A cuánto le llega al consumidor final? Estoy leyendo la entrevista del ingeniero Canese a “O Globo” pero tampoco él sabe muy bien. Hacen especulaciones encima del precio del petróleo, pero eso tampoco es un parámetro justo. Lo injusto es haber colocado el precio en el contrato y firmarlo por 50 años.
Después de consultar mi "archivo particular" el Google, encontré estos números en Folha On Line: "...Mesmo com a redução do preço-teto de Jirau para R$ 91/MWh --em Santo Antônio o teto foi de R$ 122/MWh-- o ministro Edison Lobão (Minas e Energia) disse esperar grande competição no leilão" ese es el precio medio que el gobierno del Brasil le vende a las distribuidoras de energía. Conclusión: el precio medio del MWh sería de 65 U$. Claro está que el consumidor final, paga mucho más. Tal vez una buena pista para comenzar el aterrizaje. !Tengan todos un buen viaje!

profesorprieto@hotmail.com


Entradas populares