SOBRE COIMAS, MULTAS Y OTRAS COSITAS



FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

El Paraguay está muy próximo de tener un nuevo gobierno. El 15 de agosto deberá asumir el presidente electo en abril, Fernando Lugo. La prensa paraguaya le llama indelicada o erradamente de ex obispo. Es como llamarle a Nicanor de ex periodista. Hay que tener buena voluntad y el debido respeto de llamarle por lo que es –presidente- y no por lo que fue –obispo. Los hombres de la prensa hubieran hecho lo mismo con Nicanor. Al final tienen siempre toda la solución.

Hay una institución en el país por la que muy poca o ninguna autoridad se preocupa en demasía: la coima. El paraguayo prefiere pagar coima en lugar de la multa. A principio parece que la coima le sale más barato que la multa, pero es que todos se engañan. La multa es mucho más barata que la coima.

La coima no beneficia a nadie, a no ser a un zorro, caminera, policía, político, inspector o gestor de última categoría. El dinero que se gana fácil se va fácil y casi siempre acaba en algún prostíbulo cercano. En cambio la multa entra en la caja fiscal y corre el serio peligro de terminar en un hospital o en una calle asfaltada –empedrado por favor, no- La multa tiene un efecto positivo, didáctico. Si la población sabe que no será perdonada por la falta de documentos de su vehiculo o de otras propiedades, automáticamente estará en día con ellos. Eso desencadena una onda de legalidad que nos hace mucha falta. Es el cambio que necesitamos. De actitud.

Ese pequeño paso es necesario. Los cambios no vienen de arriba. Es puro engaño creer o querer hacer creer que vamos a cambiar, sino comenzamos por los personajes supracitados. La duda es, ¿tiene que partir de la población o de las “autoridades” de tránsito? ¿Cuál es más fácil? Me parece que por el tamaño y por una cuestión de fe pública y moral, debería partir de las autoridades municipales, departamentales y nacionales. El día en que todos tengan la absoluta certeza de que la multa es inevitable y la coima inaceptable, podemos decir. El Paraguay cambió.

Por otra parte, ninguna autoridad puede quedarse con ningún documento del infractor. Ese es el primer paso para desterrar la corrupción. Porque si así seguimos, continuará la onda de cambiar infracción por leche. Necesitamos de un órgano único de tránsito. En el modelo brasileño. Si no somos capaces de crear algo igual o mejor debemos tener el coraje de copiar lo bueno. En el Brasil ninguna autoridad se puede quedar con una documentación personal. La autoridad hace la multa y la misma le llega por correo. Simple. Tampoco es necesario que el infractor pare, la autoridad de tránsito tiene fe pública y no puede ser desmentida.

Para ello, hace falta un catastro eficiente y sin fallas. La dirección de los dueños debe coincidir plenamente con lo informado. Incluso los impuestos llegan hoy en día por el correo o por e-mail. Las transferencias deben simplificarse, así como en el Brasil. De lo contrario estamos trabajando eternamente para los notarios. Para mejorar el tránsito, debemos parar de importar chatarras. Lo único que hacemos es eso. O algo más inteligente, como hacen los japoneses: cambiar el modelo impositivo. Cuanto más viejo el auto, más alto el impuesto y viceversa.

Este cambio nos llevará a tener menos polución y en consecuencia más ahorro en la salud de la población. Así como la multa sale más barata que la coima, los bajos impuestos a los autos nuevos y viceversa, también será mucho más benéfico para el bien común. Debemos pensar en la sociedad como un todo. Así la población dejará de trabajar eternamente para los mecánicos y revendedoras de auto piezas y quizás en un futuro no muy lejano podamos tener un parque industrial automotriz. Hay que pensar grande. Importar autos usados no funciona, mucho menos chatarras y por encima diesel. No producimos ni una gota de petróleo.

En este mes de julio tuve cuatro contactos con los agentes públicos. Uno con la caminera, otro con un zorro sanlorenzano, después con un gestor del MRE y el último en el MEC. El primero me paró en el cruce San Bernardino y yo estaba irregular. Mi registro sin agujerear y la precinta del auto sin pagar. Le explique a la caminera que me estaba yendo a San José, justamente para eso y que el registro no estaba aún en día pues vivía en el exterior. No me multó, pero me dijo la famosa frase ¿cómo podemos solucionar esto? le dije, con multas.

Otro día, venía de Luque a San Lorenzo y a las once de la noche los zorros hacían una barrera, cerquita de la avenida M. Lynch. Me paró y me pidió mi registro aún desactualizado, pero con los impuestos del auto en día. Me dijo la "autoridad" -Esto es una falta gravísima y agregó ¿cómo podemos solucionar el asunto? le expliqué mi situación y que el único camino correcto era la multa. Entre idas y venidas, al final me hizo la multa y se quedó con la habilitación del auto. Resulta que el tipo se equivocó al multarme. Como no estaba allí para eso, no supo hacer lo que le cabía. Me multó por atraso en el pago de la habilitación y ella estaba en día. Fácil: al día siguiente me fui a la muni y recuperé mi documento. Antes mostré mis pagos y dejé bien claro. Me pidió coima.

Lo del MRE fue lo siguiente. Necesitaba de una firma de la autoridad ministerial para un diploma obtenido en el extranjero. Entré en la cola y pagué la taza. Me dijo el tipo: hay que esperar dos horas. Ndera…no puede ser, ya estaba sobre la hora, pero al girar a la derecha nomás, me sonríe un muchachito de corbatita que está siempre en la vereda del ministerio diciéndome: En veinte minutos y cuestan treinta y cinco mil. Veinte para el firmante y quince para mí. Mbaé jajapota. En el MEC la demora sería de dos días. Sino podía esperar dos horas, imagínese dos días. Pedí ayuda y me prometieron mediante otra ayudita. Fui a la hora marcada, a la tarde, pero no estaba listo. Seguro que hablé con la persona errada. O sea, además de corrupto también era inoperante.

Estas pequeñas situaciones aquí mencionadas son las que urgentemente necesitan de cambios. Los otros grandes que pretendemos –renegociar Itaipú y cia- será una consecuencia nada más. ¿Quién negocio Itaipú? ¿Quién renegociará Itaipú? Son todos políticos de la misma escuela. La de la corrupción. No se iludan. Primero, vamos renegociar las multas en lugar de las coimas y en consecuencia en un futuro, tal vez no muy lejano, tendremos hombres públicos ilustres que tendrán nuestra confianza para toda y cualquier negociación internacional.


Hoy por hoy, en la mayoría de los casos, el servicio público paraguayo no pasa de crear dificultades para vender facilidades. ¿Será que vamos a cambiar en los próximos cinco años? yo no le doy 100 días al nuevo gobierno, sino cinco años.

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