LO QUE LE ESPERA A FERNANDO LUGO.


FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO


Todos esperaban un cambio en el Paraguay, inclusive millones de colorados, único partido que puede decir, que tiene esa cantidad o más de afiliados. Digo los colorados, porque demás está decir que aquellos que nunca participaron de la repartija de la torta, ciertamente, estarían a favor de cualquier cambio, aún siendo gobierno un partido nuevo, como el que está en el poder ahora, por ejemplo.

El cambio era tan urgente que decidimos colocar gente con pasado sospechoso y con ideologías retrógradas, gente que aún piensa que el muro sigue de pié, gente que cree en Cuba y Hugo Chávez. La necesidad obligaba, a cualquier costo y riesgo. ¡Mire a qué situación llegamos!. El Paraguay no tiene tendencias izquierdistas, por motivos obvios. Todos ellos fueron exiliados o muertos por la dictadura militar. Pero llegaron al poder, lo poco que sobraron. Así como sucedió en toda Latinoamérica. Era una tendencia. Algunos defraudaron, otros aprovecharon. Lo nuestro, sabremos en 2013.

Nicanor inauguró su gobierno con el dólar de 8 mil para 4 mil, tuvo mucha suerte. Otra marca de Nicanor: también entró y salió con los secuestros. En su gobierno comenzaron los primeros plagios y también se despidió con el ganadero sampedrano en las manos de los bandidos. Por otro lado, el gobierno de Nicanor tuvo buenos vientos, principalmente en lo que refiere a los factores externos. Exportamos mucha carne, soja, etc. Aunque todos reclamaban del precio del dólar.

Fernando Lugo enfrenta una nueva era, incluso a nivel mundial: la recesión norteamericana, la más grande economía del mundo y también la de España. El precio del crudo, aunque esté bajando, continúa alto, para quien no produce ni una gota. La carne que se vendía mucho, principalmente al mercado ruso está mermando, son los primeros síntomas de los que se viene. ¿Qué puede hacer Lugo?

Con la economía norteamericana en recesión y la de España con muchos paros, más del 11%, el resultado puede ser catastrófico. Las remesas procedentes de ambos países deben llegar a los 80 % del total. O sea, mientras Nicanor expulsaba a su pueblo y recibía las remesas; Lugo corre el riesgo de recibir de vuelta a su pueblo, pero quedarse sin ellas. ¿Cuál es mejor? Lugo prometió el segundo. ¿Será un buen negocio para su gobierno? Para el país, no. Habrá menos consumo, se pagará menos impuestos. Recesión.

Lugo va a comandar un país en crisis, sin embargo, es una circunstancia donde puede mostrar su liderazgo. En los momentos difíciles se les conocen a los líderes, sean gubernamentales o privados. Hay que leer la historia de Roosevelt. No es la primera vez que el capitalismo americano pasa por una severa crisis, tampoco será la última. No hay dudas, ellos saldrán de ésta, lo más rápido posible. Los que no creen en el sistema están festejando, pero el final, como en épocas anteriores, será feliz. Ellos nunca pierden, porque son capitalistas. La lógica les protege. Van a usar los 700 mil milones para comprar títulos que nada valem, pero lo venderán en el futuro mucho más caro.

Fernando Lugo, más que nunca tiene que apuntar su estrategia hacia Itaipú, si no consigue renegociar como quiere, le puede costar muy caro. Caso consiga, por lo menos la mitad de lo que pretende, será su salvación. La recaudación fiscal tiene que mirar al Este. Cargarle más a los que no producen ni siquiera un tornillo y sí, mala fama para nuestro país, los contrabandistas, que en su mayoría, ni siquiera son paraguayos. Apuntarle a los sojeros es una estrategia poco prudente. Ellos, producen, exportan, invierten y dan números al comercio exterior del Paraguay. Los primeros, son nuestras eternas llagas. Incurable por lo visto. Los segundos nuestra salvación. ¿Lugo y su equipo económico no hacen reflexiones? algunos de ellos son duros con los rallystas, pero la mayoría flojo con los piratas y contrabandistas.
CONCLUSIÓN. Así como el gobierno de Nicanor fue flojo con los secuestradores y los dejó germinar, Lugo no puede hacer lo mismo con los invasores. El Estado es único dueño y señor de la ley y de la fuerza. S i no sirve para colocar orden, no sirve para nada.

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