TRATADO DE ITAIPÚ: COOPERACIÓN O POLÍTICA DE PODER


FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO*

Brasil y Paraguay firmaron El Tratado de Itaipú en la época de gobiernos dictatoriales, en ambos países. Las grandes obras de infraestructura tanto brasileña como paraguaya, fueron llevadas a cabo por los militares. Ese merito existe y hay que reconocer. Lo único gracioso del Tratado, son los puntos en que Brasil: idealizador, financiador y también benefactor de la usina, lleva todas las de ganar. A los poderosos les ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra.

La usina ya está hecha, la deuda ya está asumida y el Tratado ya está firmado. Lo que Brasil tiene que entender y parece que no quiere o se hace del desentendido es que hubo excesos a su favor. Ayer, día 30 de abril el STF –Supremo Tribunal Federal- de la república brasileña derribó la “ley de prensa” por entender que se hizo durante la dictadura militar y que la misma ya no rimaba con los días de hoy –Estado Democrático de Derecho- . Lo mismo se puede deducir con el Tratado de Itaipú. Hay que revisar, la historia exige revisionismo, por qué un Tratado que cuesta varios miles de millones de Dólares, no puede. Nunca es tarde para decir...lo siento.

Brasil ofrece al Paraguay mil millones de U$ como fuente para poder “industrializarse”, a cambio de no seguir pleiteando el “Maltratado de Itaipú”. Ese dinero como todos ya saben, no saldrá del Brasil y las obras deberán ser ejecutadas por empresas brasileñas y, lógico, los proyectos y las consultorías, también. Así fue con Ecuador y ya todos saben el resultado. Los abusos son como los viejos caducos, llega un tiempo en que dejan de infundir respeto”.

Ahora viene con la idea descabellada de prorrogar la deuda, de 2023 para 2040. Malísima, para nuestro país. Sólo hará aumentar la agonía paraguaya. Ellos no te van a dar nada gratis. Te van a cobrar intereses altísimos por este “favor”. Los grandes bancos internacionales no quieren que se les pague toda la deuda, quieren recibir los intereses. Si es posible, toda la vida (el Estado brasileño es dueño de 4 grandes bancos: BB, CEF, BASA E BNDES). Sería un error estratégico, aunque la necesidad sea grande, caer en esta tentación. La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no llegan todos.

Brasil, por el tamaño de su territorio, por su mercado interno, entiéndase cantidad de habitantes (casi 200 millones), su parque industrial, petróleo, etanol y otras virtudes tangibles, es el líder natural de la región, es una potencia regional o una potencia media mundial. Sus líderes políticos e intelectuales, huyen como el diablo de la cruz, de la posibilidad que sean marcados como país cuya política externa es la de Política de Poder. Todos, sin excepción, entienden que manejan una política de cooperación. El deber de todas las potencias, aunque regional es servir al mundo, no dominarlo.

Las raíces de la política externa brasileña están en las ideas de Da Silva Paranhos, “Barão do Rio Branco” este siempre fue una copia fiel de la política externa americana, pragmatismo, a partir de 1902, después con idas para el lado independiente y universal. El Itamaratí es tan profesional que sabe y entiende perfectamente que la preparación política e intelectual de sus diplomáticos es con la finalidad de conquistar ventaja, como la del Tratado de Itaipú, para el Estado. Pero la razón de estado no se ha de oponer al estado de la razón.

Lula Da Silva, el actual presidente, es el único que puede, hasta este año (hay elecciones en 2010 y su candidata está con cáncer) volcar esa idea de cooperación para el lado paraguayo. Samek, Marco Aurelio García, Celso Amorín, Edison Lobão y cia Ltda ciertamente, como buenos funcionarios públicos no querrán pasar a la historia como los “entreguistas” de Itaipú. Cosa que varios pseudos diplomáticos y pseudos funcionarios públicos paraguayos no tuvieron ni el más mínimo rubor en la cara para entregarle a Brasil el Tratado, de la forma que ellos querían. Lo que es digno de hacerse, es digno de que se haga bien.

Fernando Lugo, pasó a la historia de la política paraguaya, al derrotarle al partido colorado, después de 60 años en el poder. Su elección está hormigonado y concretizado en la renegociación del Tratado. Para eso necesita de profesionales. Sus actuales compañeros tendrán muy buena idea, pero no la suficiente preparación y capacidad profesional para desequilibrar la balanza a nuestro favor (no son diplomáticos). Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él, ya decía JFK.

Brasil se incomoda mucho cuando la negociación se hace vía opinión pública, entiéndase por medio de la prensa. Creo que es la única manera de apretarle. La opinión pública nacional e internacional es hoy un actor importantísimo de las relaciones internacionales. Los que intentan negociar a su espalda, son los que manejan la Política de Poder, los llamados realistas. Aquellos países que cooperan y no tienen nada que esconder, lo enfrentan. A veces una buena apariencia puede ser tan engañosa como un lobo con piel de oveja. Brasil es una oveja por fuera y un lobo por dentro, en política externa.

Lugo marcará su gobierno por esta pauta. Podrán aparecer decenas de presuntos hijos y otros supuestos delitos, sin embargo, si consigue negociar, al menos gran parte del todo, ya habrá pasado a la historia (para eso necesita acelerar la diplomacia presidencial). Eso significa recibir los mil millones de U$, pero paralelo a Itaipú, ese dinero no puede formar parte de la negociación del Tratado, mucho menos en las condiciones que Brasil acostumbra a prestar. Tampoco prorrogar la deuda.

Además, recuperar lo que es suyo, los 50% que paga religiosamente y por ende le corresponde por derecho nacional, internacional, lo que sea. O que Brasil le pague el precio justo. Eso es fácil de calcular. El justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, sino aquel que pudiendo ser injusto no quiere serlo. Brasil podía ser injusto y fue.

Conclusión: si Brasil se niega a revisar el Tratado estará clara su política con los países menores, si llega a ser justo, también.


*Profesor y coordinador del curso de Relaciones Internacionales de la “Universidade da Amazônia” en Brasil.

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