CONFERENCIA DE ALTO NIVEL DE POLÍTICA EXTERNA (PARTE I)

FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

Esta semana se realizó en la ciudad de Río de Janeiro, la I Conferencia de Alto Nivel de Política Externa, organizada por la Fundación “Alexandre Gusmão” dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil. Tiene como objetivo discutir con los intelectuales brasileños, que trabajan y enseñan en las áreas de Relaciones Internacionales, Política Externa o Política Internacional y Ciencias Políticas, sus misiones, sus trabajos y por ende, dejar claro, que finalmente el Estado brasileño y el MRE abren sus puertas, para discutir abiertamente su papel en el mundo con la comunidad académica brasileña.

Eso significa, según el propio director de la fundación, Embajador Jerónimo Moscardo, democratizar un poco aquello que se discutía y sólo se sabía, en altos niveles del Estado. Estuvieron presentes unos 30 profesores doctores de todas las universidades brasileñas y unos diez directores de diferentes departamentos del Itamaraty para dialogar y dejar claro sus funciones y el objetivo del Estado brasileño en la comunidad internacional: ser una potencia desarmada, o sea, valerse del Soft Power para ser Potencia Mundial. Puro idealismo.

En mi condición de coordinador del curso de Relaciones Internacionales de la “Universidade da Amazônia”, fui invitado y participé activamente de todas las conferencias, así como los demás profesores invitados. Se nos hospedó en un hotel muy lujoso en plena Avenida Atlántica, playa de Copacabana, infelizmente llovía mucho y no pudimos gozar más de la noche carioca, amén de unos metros del hotel, en la horas libres.

La conferencia fue abierta por el Secretario General del ministerio de RREE, Embajador Samuel Pinheiro Guimarães, seguidamente llegó la primera conferencista del día, Embajadora Vera Barrouin Machado, Secretaria-General de Política I, con el Tema “Reforma del Consejo de Seguridad de la NNUU” habló de la historia de la Liga de las Naciones y posterior formación de la ONU, después de la II Guerra Mundial.

Además, mencionó la aspiración antigua del Brasil en formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU y que al inicio no fue posible por haber sido vetado por URSS –hoy Rusia- y el Reino Unido. La necesidad de reformar la ONU y el CS sería imperiosa porque fue fundada solamente por una comunidad de 55 naciones y hoy forman parte de ella nada menos que 192 países. Aunque haya miembros no permanentes y sin poder veto, eso no le dio más pluralidad, ni legitimidad.

Lo ideal sería más dos miembros de África, dos de Asia, uno de América Latina –Brasil- y otro del Leste europeo. En último caso la idea es que entren de inmediato Alemania, Japón, India y Brasil, el famoso G-4. Pero al parecer habría algunos obstáculos regionales en el primer caso. Nigeria pelearía con Sudáfrica; India con Pakistán y Brasil con Argentina. Alemania y Japón, no tendrían mayores problemas, son grandes y se imponen por sí solos.

Es lo que le faltan a Brasil, India y otros. En mi intervención le dije a la embajadora que Brasil debería buscar el camino del CS, enpuñando la bandera de Potencia Ambiental, pero para eso necesitaba cuidar, primero y verdaderamente, de la Región Amazónica. Esa bandera sería el camino más seguro y corto y sin necesidad de pedir permiso a nadie. Un líder debe imponerse.

Brasil es grande porque posee Amazonia, pero no la cuida. Cualquier profesor de cualquier universidad lejana –otro país- se dispone a venir corriendo dar una conferencia en la región, sin embargo un brasileño de São Paulo, Río de Janeiro o Brasilia, no quiere y le tiene prejuicios. Brasil necesita recapacitar y repensar su política ambiental y su preocupación con el hombre y la floresta amazónicos. Ser Potencia Ambiental es su misión, aún más, en el mundo post crisis económica, dónde la sostenibilidad es una palabra de orden en toda la economía mundial. Brasil, como todos los embajadores conferencistas, dejaron claros, quiere ser una Potencia Mundial, sin necesitar de armas, ¿cómo?

Ser miembro del CS de la ONU es ser Potencia Mundial, pero nadie llega a eso por una sencilla voluntariedad, porque quiere ser, o porque tiene grandeza de territorio y población densa. Hace falta más cosas, hay que darle un valor agregado al territorio, población, riqueza natural, tecnología, mercado, fuerza militar.

La simple ubicación geográfica no le da ese pasaporte a nadie. Por eso, Brasil, que tiene todo el derecho de querer ser, pero para merecer, debe entender que, Amazonia, la región y no el Estado de Amazonas, debe ser su prioridad. El mundo entiende que debe ser preservada y lo considera como su pulmón y su patrimonio. Eso significa preocuparse con el hombre amazonida y su floresta, en esta orden.

Brasil dice que es suyo, pero lo ignora. El desconocimiento es tanto que un director de mi universidad, también invitado, para este evento, recibió el pasaje como si estuviera en Manaos y no en Belém do Pará. O sea, vamos primero entender que Amazonia es una cosa y Amazonas otra. Como ya decía el filósofo: una cosa es una cosa, otra cosa es otra cosa.

Los diplomáticos brasileños son de los más preparados y para cualquiera es un orgullo y satisfacción oírles por dos días seguidos, en un ambiente de cordialidad, tolerancia e igualdad. Reunir a la comunidad universitaria y escucharles, ya es un camino de lo más grandioso y generoso que un Estado moderno y poderoso puede hacer. Es el camino para un país que pretende ser en el futuro una Potencia Mundial, sin armas. Para eso, tal vez, una barrera hace falta vencer: la idea de negociar siempre Estado con Estado, eso es Realismo puro.

Una Potencia Mundial sin armas, necesita ser pluralista, eso significa, considerarle al Estado, también como un actor importante, pero no el único. Brasil y el Itamaraty, necesita pensar en eso, si es que verdaderamente, tiene como objetivo, ser una Potencia Mundial, con esas características. Pacífica y solidaria.

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