CHILE Y EL RESCATE A LOS MINEROS EN SAN JOSÉ

Prof. Dr. Félix Gerardo Ibarra Prieto

Nunca pensé que el rescate a 33 mineros atrapados a setecientos metros de profundidad en el desierto de Atacama en una mina do cobre sería un espectáculo televisivo mundial. Tamaño su importancia que había nada menos que alrededor de 1000 periodistas en un lugar inhóspito, donde las temperaturas llegan a los "40 grados" de día y "0 grado" por la noche. Dónde no hay absolutamente nada, comida, agua ni Internet. Todo era improvisado.

La opinión pública mundial se interesó muchísimo por este drama humano. No es fácil sobrevivir diecisiete días sin contacto con el mundo externo y sesenta y nueve sin saber cuando salir, aún cuando ya se sabía de sus condiciones. Pasar los días comiendo una cucharada de atún y medio vaso de leche nos da la exacta dimensión del poder sobrehumano que existe cuando se trata de sobrevivir. Sin luz y a una temperatura extrema, sin ventilación y sin las mínimas condiciones humanas modernas y decentes, nos muestra el sacrificio que somos capaces de hacer, cuando la vida está en juego.

Esto, sin dudas, marca un paradigma en la vida de los mineros de todo el mundo y de las condiciones de trabajo de todos ellos. No es posible comprar cobre, ni nada, bajo las condiciones precarias de seguridad y trabajo, para poder competir en el mercado mundial. El mundo de los commodities debe entender que del precio forma parte también el trabajo seguro y saludable de los obreros. Algo parecido con esto sucede en el Brasil, con la exploración de los cañaverales para la extracción del etanol y del azúcar.

Chile mostró madurez y planificación. Coordinación y cooperación. Demostró que tiene hombres capaces de pensar grande y resolver, en poco tiempo, un problema agudo para cualquier país de gran envergadura. Chile tiene, para desesperación de la “Concertación” que dio la licencia para la mina San José, y de todos los "perfectos idiotas latinoamericanos", un líder carismático e inteligente. Un líder capaz y valiente. Un líder llamado Sebastián Piñera, que no es sólo un multimillonario en Dólares, sino capacitado intelectual y académicamente. Es doctor por Harvard. Cada pueblo tiene el dirigente que merece.

Personalmente acompañé, como millares de terráqueos, el rescate de todos y cada uno de los mineros chilenos atrapados. No hay corazón humano que no derrame lágrimas a la salida de cada uno de ellos. El abrazo fraterno con la familia, las autoridades presentes y otros rescatistas. Uno de los valientes, también, fue el brigadista Manuel González, quien se bajó primero para ayudar y dar las instrucciones necesarias para que todo el proceso de subida por medio de la cápsula del Fénix II sea todo un éxito. Salió por último. Viva Manuel González.

Como buen minero latino, no podría faltar otro drama. El enfermero Johny Barrios no dudó en Mostrar ante el mundo su valentía de amante latino. Invitó a sus dos mujeres, la esposa y a la amante, a recibirle. La esposa, Marta Barrios, inocente y creyéndose muy decente, escuchó los consejos de la primera dama chilena Cecilia Morel y no fue a recibirlo. Susana Valenzuela, la amante, ni tonta ni perezosa, no dudó ni un segundo para ocupar el espacio. En el amor, así como en la política, no existe vacuo. Viva Chile, viva Johny.

El mundo actual es dinámico y complejo. El bienestar global es la meta de todos. Pero eso no se puede conseguir a cualquier precio. El precio de los metales o cualquier producto de difícil extracción, no puede depender de la precariedad e insalubridad de los trabajadores. Derivados del petróleo, de las minas y otros productos del subsuelo, así como el etanol y el azúcar no puede tener su competitividad dependiendo del precio de la (in)seguridad y bajo sueldo de los obreros. Latinoamérica tiene que saber vender más y mejor. Lo mejor que tenemos no son nuestros metales, sino nuestra gente. En ese sentido capitalistas y socialistas. Mercaderes y consumidores finales, de todo el mundo, es necesario recapacitar.

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