ALMIRANTE: LA BECA EQUIVOCADA



 Félix Gerardo Ibarra Prieto

Estando en Paraguay en el carnaval de este año, con la finalidad de traerles a mis padres al Brasil, para el quince de mi hija, como siempre, nos encontramos con mi dilecto amigo Gustavo Molina. Y él como nadie, sabe contar historias con detalles. Jamás me olvidaré cuando en un viaje largo y lejano Belém do Pará-Asunción, me contaba la historia de la famosa película “Una linda mujer” esta vez, en un viaje más corto y cercano Asunción-San José y en buena compañía, me contó la del libro Almirante. Además, antes de volver al Brasil, tuvo la generosidad de regalarme un ejemplar.

Una vez aquí en el Brasil y terminado la turbulencia de toda fiesta quinceañera, con muchos amigos paraguayos presentes, me puse a leer, a confirmar cada historia, que con detalles, el profe... ya me había adelantado.

Debo decir que disfruté al escuchar y al leer cada paso de esta magnífica narrativa. Es como la película argentina “El secreto de sus ojos” una mezcla de drama, aventura, humanidad, política, amistad, sexo…

Me considero un lector asiduo, de aquellos que pasan, por lo menos unas horas de cada día, leyendo los más diversos temas por mi condición de profesor. Leí casi todas las obras de García Márquez, Jorge Amado, Vargas Llosa, Cervantes; casi todos los poetas clásicos y líricos españoles, incluso, últimamente me he dedicado, de cuerpo y alma, a desvendar el universo sabiniano.

El libro Almirante es una poesía: las cartas de amor, común de aquellos años, nos lleva de vuelta a un mundo romántico, aunque cercano en el tiempo, parece ya lejano en el actual mundo cibernético. Nuestros hijos, jamás van a pensar que hubo, poco tiempo atrás, cartas de amor, TV blanco y negro, dictadura, etc. Yo también estudié afuera, en una escuela náutica y sé muy bien lo que es recibir una carta.

El libro Almirante es un drama: comenzando por la llegada de nuestro personaje a la escuela náutica de Colombia, sus primeras clases. Su aplazo. Su carta al patrón Bosch. El accidente del cocinero y el encuentro con Romerito. La vuelta a los USA del mismo cocinero y por qué no, la lancha robada, con el cadáver adentro.

El libro Almirante es una aventura: comenzando por el primer viaje de bautismo en el barco de Guerra colombiano donde a la vuelta la mitad ha desertado. Aquí también podemos colocar los amores porteños y de muelle. En especial me gustó “nde japúyepe rae” la amiguita americana del señor de las piscinas, la paraguaya en Holanda y la inglesa con hijo en el puerto de Glasgow.

El libro Almirante es una novela: comenzando por su primera decepción amorosa, la de los 7 velos. Creo que esta ha calado hondo porque le acompaña casi hasta el final del libro(habrá tardado 19 días y 500 noches en olvidarla). La novela de los padres del Capi también es fantástica. Sólo en esta historia cabe otro libro. Su encuentro con Michelle y los diálogos con el suegro terco y celoso es todo un tema. El casamiento, a los pies del Corcovado, ni qué decir. Mi única decepción: esperé que sus cabos pasen por la península de la chica del “lixo” suspense, pero ocurrió algo mejor.

El libro Almirante es auto ayuda: los diálogos con el camarada colombiano “todo está en tu cabeza paraguayo” es fantástico y con resultados muy indelebles y visibles: el hecho de haber sido el mejor egresado de la promoción; la casa comprada del amigo y el encuentro con la futura esposa, nos da la muestra de que todo es posible. Necesitamos sólo dar el primer paso. Ese primer paso, según entiendo en el libro, es el segundo apellido de Mike.


El libro Almirante es humano: narra su drama, su llanto, su decepción y su alegría. El mundo es una ensalada de continuidad y cambios constantes. Hay cosas que jamás ha de cambiar: como aquel encuentro en Buenos Aires mezclado de alegría y mucha decepción -amo a otro hombre- hoy en día hay tantas separaciones como casamientos por amor. Infelizmente éste es efímero. No dura todo el tiempo que quisiéramos. Ellas cambian, aunque no quisiéramos; Nosotros no cambiamos, aunque ellas quieran. No hay nada más humano que el abrazo fraterno, sin llantos y sin palabras entre el cocinero accidentado y su hermano clandestino. y por sobre todas la cosas, la decisión del capitán en arriegarlo todo.

Todo lo narrado en el libro es verdadero y humano. Su estilo es cautivante, su historia real. Escrito de forma elegante y leve, aunque haya párrafos prohibidos para menores. Es un libro para gente grande, aunque el chico de 13 años lo haya leído y en poco tiempo comprobado que su propia experiencia personal estaba fuera de rumbo en un barco mal timoneado por su padre.

Si fuera cineasta, haría de él una película; si me preguntaran el mejor libro que he leído últimamente, contestaría: Almirante, una beca equivocada.

PD: Como diría Joaquín Sabina, contigo me tomaría una caña.