PARAGUAY BICENTENARIO: 200 AÑOS DE HISTORIA (1811-2011)

El rojo simboliza la justicia, el blanco la paz y el azul la libertad, que linda es mi bandera paraguaya que a su sombra generosa sueño la felicidad...


  FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

La historia paraguaya se confunde con la de la mayoría de los pueblos de América, era colonia española y parte del Virreinato del Río de la Plata, hasta la noche del 14 y la madrugada del 15 de mayo de 1811. Sin embargo, su independencia fue silenciosa y pacífica. Lo que la mayoría de los paraguayos no saben es que la futura Argentina (entonces Buenos Aires) quiso conquistar su independencia un año antes, en 1810 y quería que la provincia de Paraguay, en aquella época,  fuese parte de ella. Velazco nos salvó, después le corrieron a él.

Yegros, Caballero, Molas, Iturbe y otros héroes ( todos víctimas de la propia independencia) fueron los culpables o los salvadores de que no seamos argentinos hoy. No sé, exactamente, la proporción de paraguayos arrepentidos por no ser “Curepas” o los exaltados por ser paraguayos. La verdad es que existe una identidad muy fuerte en el SER paraguayo. Tenemos todas las virtudes y defectos como todos nuestros vecinos, como todos los terráqueos. Pero también una forma de SER.

Toda independencia tiene sus costos: perdimos Misiones, hoy provincia de Argentina, a cambio del reconocimiento de nuestra independencia; perdimos Formosa con la Guerra Grande también para ellos y para el Brasil perdimos lo que hoy es “Mato Grosso do Sul” En todas estas provincias argentinas y estado brasileño, su cultura y sus costumbres son tan paraguayas como antes. Son regiones que se cultivan el guaraní, el mate y el tereré, el arpa y la guitarra. Tiene otras banderas, pero sus almas son eternamente GUARANÍS.

Aunque hayamos tenido y luchado, ferozmente, en dos grandes Guerras (La Triple Alianza y la del Chaco) como toda nación valiente que defiende lo suyo, somos inmensamente pacíficos. Les hemos recibido a los españoles en paz y de ellos recibimos el castellano y felizmente no nos quitaron nuestro guaraní, nuestro orgullo. A ellos les conquistaron nuestras mujeres, nuestras indias.


Los gallegos no nos descubrieron, porque ya existíamos, ni nos conquistaron, fueron conquistados. Los que ellos hicieron, en realidad, fue un asalto a mano armada. Nos robaron. Hay que decirlo eso y recordarles, por lo menos a cada 100 años. El imperio Español no hizo otra cosa que llevar la riqueza sudamericana a Europa. Tampoco podemos negar, como bien mencionó Pablo Neruda en su libro “Confieso que he vivido” que nos dejó una herencia cultural importante: la lengua de Cervantes.

Ser paraguayo es algo indescriptible. El Paraguay no es lúdico, no hay mucha cosa que ver, pero hay mucha cosa que sentir, ser paraguayo es sentir en el alma que perteneces a una nación singular, a una cultura única. No digo que sea mejor, ni peor, pero es algo muy especial. Vivo en el exterior hace más de veinte años, he viajado por casi todos los continentes habidos y por haber y jamás me identifiqué con ninguno de ellos, aunque me haya adaptado por necesidad. Mi carácter fue formado allá y me lo llevo en todas partes.

En este mismo Blog ustedes han de leer millares de críticas a mi país: en lo político, en lo económico, etc. Pero jamás a su gente. Como escribía el famoso periodista de El país de España don Moisés Naim “esa historia de que cada pueblo tiene el político que merece no es cierto”. ¿Que ha hecho el pueblo paraguayo para merecer a todos los colorados y hoy a Lugo? Francia y Carlos A. López tuvieron labores importantes en su época. Francisco Solano lo destruyó todo. Muchos sé que no concuerdan conmigo, pero la historia nos demuestra eso. Los Ayalas fueron valientes, así como Estigarribia, habrá también opinión contraria a eso, pero es la realidad.

Stroessner Vivió su época, era la realidad del momento en la región, pero nos aisló, nos castró. En la democracia del final del siglo XX e inicio de XXI aún estamos regateando. Ojala venga tiempos mejores. Los paraguayos nos merecemos. En el ámbito cultural no podemos olvidar de nuestro eterno, singular y sagrado Guaraní, nuestras identidad suprema. 

Nuestros poetas y cancioneros populares, nuestros escritores, aquellos que cantaron y captaron el alma guaraní: Paraná, Emiliano, Barbosa, Meza, Roa Bastos, Natalicio Talavera. O´leary, Julio Correa, Cervera, Gomes Serrato, Cardazo Ocampo, Carlos Miguel Jiménez o otros tantos que ya no recuerdo. Perdonen. No hay nada más paraguayo que el rasgueado de un arpa y guitarra , de poleas y guaranias; de músicas como Galopera, Pájaro Choguy, Recuerdos de Ypacarai, Nerendape ajú, Che renda alasán, Reservista purahei, Che la reina, etc.

Para mí, el artista popular más grande de nuestra historia es Quemil Yambay, como él nadie supo captar tan bien el sentir popular del Paraguay. Sigue vivo y se adapta a todos los tiempos, incluso político.

A nuestros héroes militares y civiles: los héroes de la Independencia, Francia, los López, Caballero, Díaz, las Residentas, los voluntarios y principalmente los héroes de Acosta Ñú, niños mártires que dieron sus vidas por esta patria; los del Chaco: Estigarribia y su ejército, donde treinta mil paraguayos lucharon hasta morir, cuando no pudieron vencer.

Después de la Guerra Grande contra Argentina, Brasil y Uruguay pasamos 50 años de estancamiento económico. En aquel momento (antes de la guerra)  nos preparábamos para dar un salto tecnológico en América, los vecinos no permitieron, nuestros gobernantes no fueron habilidosos como para preservar nuestra integridad territorial, perdimos terreno, ganamos orgullo y respeto. (esa guerra atrasó a Sudamérica en 50 años) todos perdieron, excepto los vendedores de armas ingleses y fornecedores de carne argentinos.

Al inicio del siglo XX nos peleamos entre hermanos, las famosas guerras civiles, perdimos todos, no ganamos nada; después viene la Guerra del Chaco, ganamos la Guerra y casi todas las batallas, pero perdimos lo más precioso: treinta mil paraguayos. A seguir una larga dictadura, en ese momento de nuestra historia también perdimos la oportunidad de formar líderes políticos, culturales y económicos.

A partir del 3 de febrero de 1989, como en todo el mundo, la Muralla de la dictadura también cayó para los paraguayos. Hemos vivido momentos de zozobras democráticas, pero no lo hemos abandonado. Este medio pacífico de conquistar el poder, es en el que creemos todos.

 Ojala estos 200 años nos sirvan como un marco y así poder soñar nuevamente con aquello que nuestros antepasados no pudieron realizar. Un país que construyó en cooperación con Brasil, la mayor obra de ingeniería del mundo del siglo XX (Itaipú) puede mucho más. Incluso no pedir migajas al “socio”, sino utilizar su parte (360 millones de U$ son migajas mi querido Brasil y Paraguay) Para el país que tuvo un crecimiento económico de casi 15% en 2010, seguro estoy que el porvenir se acerca.

A esta altura del campeonato, disculpen los demás países, pero de los ocho equipos que sobran en la Copa Libertadores de América existen sólo siete nacionalidades diferentes. ¿Quién tiene dos? ¡Paraguay!

Nuestro Centenario (1911) fue desastroso: éramos un país desordenado y en guerra civil. Nuestro Bicentenario es mucho más promisor como país y como la mayoria, disfrutamos de los beneficios de la vida moderna: Libertad, democracia y libre comercio, frutos de la civilización occidental. ¿Hay algún país más libre que Paraguay? Compruébelo. Visítelo "MI PAÍS ES FANTÁSTICO"

@FGIP

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