PARAGUAY: UNIVERSIDADES SIN MINISTERIO (MEC)


Una lucecita al fin del tunel educacional. MEC debe participar activamente de la ley de las universidades.
FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

¿Sabían que en el Paraguay el (MEC) Ministerio de Educación y Culto no tiene arte ni parte en la conducción, creación y evaluación de sus universidades? Paraguay ha sido desde el inicio de este siglo XXI, por medio de sus universidades (UAA, AMERICANA Y UNINORTE) lugar de estudios de millares de estudiantes, principalmente brasileños, usufructuando de los pocos derechos que el Mercosur les dan a las personas para estudiar y convalidar sus diplomas.

La mayoría de los acuerdos son para mercaderías. Aún así las barreras (aquí y allá) para los que se sacrifican en los meses de enero (calor desgraciado) y julio (frío estúpido) lejos de sus casas y familiares con la finalidad de mantener el conocimiento al día son muchas. El estudio en el Brasil es casi prohibido para gran parte de la población C y D. Es un país que combate a los que quieren estudiar, sin embargo deja el camino libre a los ladrones de la res-pública. (es la república petista tipo exportación que muchos países quieren imitar)

¿Saben ustedes en las manos de quiénes están la creación y conducción de las universidades en el Paraguay? En las de los políticos del congreso nacional. Es obvio que la creación de una universidad nacional debe pasar por él, pero una universidad privada bastaría que se entienda con el MEC. Que éste tenga todas las herramientas necesarias, dadas por el parlamento, para que pueda autorizar, controlar y evaluar las instituciones superiores. O sea, para abrir una universidad hay que entenderse con los diputados y senadores. Es cierto, como dicen ellos, que allí sólo hay maestros. Diría yo PHDs, sin embargo no exactamente en educación superior.

El actual ministro de educación y culto –Riart- es Doctor en filosofía por una universidad alemana. Lo conozco personalmente, estuve con él varias veces, claro, antes de ser ministro (después, ni por teléfono) Es un tipo serio y conoce el área, pero no tiene las riendas para mover el rumbo de la enseñanza superior. En ellas se gradúan los futuros licenciados que serán profesores en todas las escuelas públicas y privadas del país.

Si esa formación es politizada, el resultado alcanzado puede no ser suficiente para que el país crezca cualitativamente y así poder realizar estudios de largo alcance que beneficie a la sociedad como un todo. De esta forma no se le puede cobrar los desvíos y los malos resultados al MEC.

El MEC debe ser responsable por la creación, primero de las facultades, los institutos, centros universitarios y por último, cumpliendo requisitos de calidad e inversión, llegar a ser una universidad. El MEC debe evaluar a los alumnos entrantes y salientes para saber el grado de calidad de cada uno de ellos al entrar y salir.

El MEC debe también evaluar las instituciones superiores por su cuadro de profesores (másteres y doctores) expertos y tener un mínimo de docentes con dedicación integral dentro de cada una de ellas. Además por su biblioteca actualizada y las condiciones físicas adecuadas, tanto para quien estudia y trabaja en ellas. El MEC debe tener presupuesto suficiente como para bancar proyectos de científicos locales y extranjeros que deseen hacer sus pesquisas dentro o fuera del país. Ciencia no camina con ideología ni religión.

Sé que es mucho pedir, pero hay que querer más. Me contentaría que Luis A. Riart, o tal vez su reemplazante, resuelva el gran problema que enfrentan los maestros “ad honorem”. Profesores que desde hace años trabajan enseñando para ver si un día consiguen cobrar sus sueldos. Más vale ser operador político en la Junta Electoral del Paraguay que ser maestro nacional. Los primeros cobran mucho y casi no trabajan, los segundos trabajan mucho y no cobran nada. Así es la educación de un país que se orgulla de haber completado 200 años.
 

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