2012: EL AÑO QUE SOLO VA A TERMINAR EN AGOSTO DE 2013 EN EL PARAGUAY.

FÉLIX GERARDO IBARRA PRIETO

ALEGRE O CARTES: PARAGUAY 2013.

El año 2012 solo va a terminar, para el Paraguay, en abril del 2013 o a más tardar el 15 de agosto, meses de las elecciones presidenciales y asunción del nuevo mandatario, respectivamente. Mientras tanto vamos a analizar lo bueno y lo malo de todo ese proceso doloroso (juicio político) principalmente a nivel externo y específicamente en el ámbito regional de las organizaciones intergubernamentales, encargadas de los intentos de integración en América del sur. Llámese Mercosur o la utópica Unasur.

Como dijo el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (artífice del actual momento económico del Brasil), la región está mucho más heterogénea, políticamente, que en el pasado. Una pequeña señal de lo que eso representa es la ausencia del Paraguay, por no “haber cumplido” con la democracia, según entienden algunos bolivarianos alineados con el “Socialismo del Siglo XXI” en una reunión del CELAC a ser llevada en Chile y donde Cuba recibirá la presidencia “pro tempore” de esa organización. Léase bien: Cuba. Y miren, le suspendieron a Paraguay por el “quebrantamiento del orden democrático”, eso mismo. !Dónde llega la esquizofrenia de la ideología!

O sea, el régimen cubano cruel, inhumano, dictatorial, déspota, totalitario, negrero y bolivariano sea relativizado por más de 60 países invitados  y no aceptar la presencia del Paraguay en la misma es señal que la diplomacia paraguaya está en un nivel de inspector de sócalo y los demás países son ciegos, sordos y mudos. 

Tantos países haciendo la vista gorda para la situación es símbolo de que no tenemos ninguna importancia económica ni mucho menos política ante nadie. Nuestra ausencia no va a ser sentida por nadie, quizás. Eso tiene que cambiar, positivamente, es un trabajo a largo plazo. Necesitamos de gatos para cazar, porque no tenemos perros.

Da a entender también que el MRE ya sabía y ya había negociado esa ausencia. ¿Dónde está el lema del himno nacional? ¡Vencer o morir! Haber aceptado el regreso del embajador chileno a cambio de la ausencia, ante todos, es colocarse en evidencia de la ridiculez. Somos muy barato, esa es la pura y dura realidad.

El gobierno actual puede haber facturado algo a su favor con ese “gesto” pero le deja al país en una posición despreciable. Lo mismo sucedió con la “ausencia” en la cumbre iberoamericana, la cambiaron por una foto con Rajoy y Franco durante la reunión de la ONU en Nueva York. Si lo vas a vender, véndalo bien caro.

La salida de Lugo era una muerte anunciada, desde su candidatura hasta su elección en 2008. “si gana no asume, si asume no termina” y no hacía falta ser Ph,D en política para llegar a esa conclusión. Fue elegido en una situación extraordinaria (nadie aguantaba los discursos antropofágico de Nicanor, ni sus decisiones autoritarias y personales dentro de la ANR) además de la decadencia normal de seis décadas de poder, treinta y cuatro de ellos, en régimen dictatorial.

En cualquier país civilizado o no, si el mandatario no consigue alianzas sostenibles en el congreso para gobernar, no va adelante. Cae al día siguiente. Lugo tuvo el beneplácito de los políticos por cuatro años y se burló de todos (un poco después de asumir Lugo, el presidente de un partido importante me dijo que la caída de Lugo, en ese momento, dependía del voto de su partido). 

Lugo tuvo el voto generoso de un pueblo sediento por un líder y lo decepcionó. Como bien dijo el profesor Benjamín Fernández Bogado, jugó con la suerte. Ya antes de su llegada al poder, escribí aquí que si un pueblo elige a un cura para presidente, es señal que está a espera de un milagro. Como se sabe, en política, eso no existe. 

Sin mencionar que el Paraguay no tiene ninguna tradición comunista, aunque mucha tradición autoritaria (los dos extremos se encuentran) Lugo y los zurdópatas estaban más preocupados en escuchar y obedecer las voces de Maduro, Correa, Ortega y los Castros (hasta ese momento ni la CFK lo recibía y solo se interesó por su caso porque era el momento de castigar a Paraguay) que los gritos de su pueblo humilde, ante el cual hacía un silencio ensordecedor. 

Brasil ha sido otra decepción. Pero en este caso, no podemos debitar toda la decisión en la cuenta de Dilma ni a la de su canciller Patriota (pragmáticos). Esa debe ir a la cuenta de Lula y de Marco Aurelio García (asesor de política externa del Brasil) que son ideológicos y cuyo grupo político en Brasil fue condenado en manada por Supremo Tribunal por varios crímenes que hieren la constitución y las leyes de su propio país. Lula podrá ser el próximo a ser denunciado por la fiscalía. La gente sabe mucho de él, pero él “nunca sabe” de nada.

La ONU y la OEA, instituciones tradicionales, serias, multilaterales regionales y universales no se pronunciaron contra, llevan al pie de la letra, los que todos ignoran: en la actual Sociedad Internacional, uno de los pilares de la convivencia pacífica es la autodeterminación de los pueblos, además de la soberanía y la no intromisión en los asuntos internos de otros países.

La decisión de usar la energía excedente de Itaipú binacional con la empresa transnacional RTA debe ser festejada y apoyada con todas las fuerzas, porque ese es el camino para demostrar soberanía, independencia y autodeterminación. 

Mal sabe ABC que tanto critica al “imperio” que con sus editoriales anti RTA solo está perjudicando al país y defendiendo al que tanto ataca. ¿Estará jugando en las dos puntas? Brasil, por medio de su prensa, ya comienza a mostrar incomodidad, por esa decisión del gobierno paraguayo.

Brasil no tiene energía suficiente como para crecer todo lo que puede y todo lo que necesita. Brasil pierde poder sobre el Paraguay con la decisión soberana de usar lo suyo con la RTA. Brasil, con la decisión ideológica de Lula y García (jugando a favor de la izquierda regional) coloca a su país en situación de fragilidad, pero como se sabe, lo personal y lo político suena más alto que lo colectivo y jurídico, también en el Brasil y principalmente para los del PT.

Como se ve, hubo ganancias y pérdidas con todo lo sucedido, como dice el dicho popular, no hay mal que por bien no venga y al final todo se resuelve. Doy como positivo la salida de Lugo y el proyecto de usar el excedente energético con RTA y otras que aún se instalarán en el país. Sin embargo, veo como negativo otras decisiones tomadas por el gobierno, a través del MRE, de vender por muy poco algunos “gestos” de apoyo al gobierno actual. Hay que usar la Teoría del juego, en este caso, lo del RTA me parece emblemáticamente positivo.

El año 2013, como se sabe comienza en abril o agosto. Hasta allá estamos creciendo mucho más que 2012. En el año que comienza se va a vender más carne, más soja, maíz, algodón e incluso más votos (elecciones generales) digo votos porque según los propios diarios y algunos políticos sinceros, unos compran más y otros menos. Pero no nos olvidemos que con la venta de nuestros votos, estamos hipotecando nuestro futuro y el de nuestros descendientes. Por otro lado, la elección anterior también demostró que el dinero, la tradición de un partido, ni el poder son determinantes y concluyentes cuando hay cansancio y la gente quiere cambios.

Gane Cartes o Alegre, internamente no debe cambiar mucha cosa (hambre, pobreza, violencia, piratería, corrupción, falta de educación, etc.) sin embargo, a nivel externo, necesitamos ocupar espacios de poder que en nuestro caso específico solo es posible mediante alianzas (convergencia de intereses).  

Por último, dejo aquí una apuesta. Una apuesta hecha por uno que entiende del asunto, de alguien que ya fue presidente de la República del Paraguay. En una conversación que tuve con él en Brasilia, el año pasado, este ex mandatario me dijo: HC gana lejos.

El FG (Frente Guazú) está desarticulado y dividido en tres. UNACE y PPQ, sin alianzas mantendrán poderes solo personales. El resto, bueno el resto es parte del chorizo. En este caso, la apuesta por el candidato colorado, si llega unido como se percibe, no será tan difícil de acertar. ¿Alguien se anima, quién da más?