PARAGUAY: A 25 AÑOS DE LA CAÍDA DE STROESSNER Y LA ETERNA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA.

FERNANDO LUGO: excuracatólico, mujeriego y comunista.
  • Hace 25 años que el general Alfredo Stroessner fue derrocado de la presidencia de la República del Paraguay cuyo mandato ya duraba 35 años. (1954-1989) El golpe tuvo un elemento político de primera grandeza y una repercusión internacional como nunca, para un país que vivía cada vez más aislado. 
Su gobierno, a medida que envejecía, se iba de mal a peor. Los derechos humanos, las libertades individuales, políticas, económicas, colectivas y principalmente la libertad de prensa estaban totalmente reprimidas y controladas por la policía política, organizada y controlada por el gobierno, con el apoyo del partido colorado (ANR) y las Fuerzas Armadas (cuyos integrantes se volvieron domócratas, repentinamente).

Prácticamente nada se podía hacer en el país, si uno no fuese amigo de los colorados y de los militares. Ni militar podías ser, si no fueses colorado. Estudiar en la UNA (Universidad Nacional de Asunción) o becas al exterior, ni pensar, si no fueses colorado.  

Sin embargo, los propios colorados ya estaban divididos entre tradicionalistas estronistas y el denominado cuatrinomio de “oro” bajo el liderazgo de cuatro personajes (Jacquet, Abdo Benítez, Godoy Jiménez y Montanaro). Señal de que el jefe supremo ya no tenía las riendas en las manos. Dicen que si el cuatrinomio se apoderaba del poder baciarían las arcas, no obstante, ellas ya estaban vacías.

"Tembelo" Cada día estaba más ajeno al poder, pero sin conseguir  dejarlo, estaba en el piloto automático. Tenía que darle guarida a mucha gente que lo había ayudado a quedarse todos estos años. En su momento de caída, su mejor amigo era un humilde pescador. Con él se pasaba las tardes caseando y de noche en la casa de su eterna amante y madre de dos hijas, Ñata Legal. 

No hay que olvidar que también fue víctima de su mejor amigo, su general de confianza y consuegro. Es que cuando los intereses personales quedan en peligro, nada de eso importa (naturaleza humana, según Hobbes)

El golpe fue el más anunciado de todos. Días y horas antes, ya todos sabían lo que se venía, incluso el propio expresidente. Algunos viajaron, otros estaban por las fronteras. Pero los años de poder férreo le hizo creer al dictador que aun todos lo temían y respetaban. Incrédulo no supo reprimir a tiempo. 

Los golpistas, por otro lado, fueron muy desorganizados. No hacía falta matarle a tanta gente humilde, como los futuros conscriptos del escolta (que ni soldados aun eran), que allá estaban aquella noche. No hacía falta torturarle a mucho oficiales que nada más hacían su trabajo de defender a su comandante en jefe. En fin, la gesta vale desde el punto de vista de la libertad y la democracia, pero como operación militar un tremendo fracaso. La idea inicial era buena, pero eso fracasó (agarrarle en la casa de Ñata) lo que vino después fue una operación poco planificada.

Por otro lado, el golpe nada más sirvió para pasar los bienes mal habidos del Estado a las manos de los nuevos dueños del país (tradicionalistas). Los jerarcas de la era estronista, como todos saben, estaban ricos, con contrabandos, tráficos y negocios de toda laya. Los golpistas también, vea el caso del los "nuevos líderes". Después del golpe, sus riquezas se multiplicaron.

Lo cierto era juzgarles y desapropiarles de sus bienes y devolverlos al Estado (se hizo poco). Lo que hubo fue que la mayoría de los bienes pasaron a las manos de los nuevos “demócratas”. Principalmente algunos líderes de la gesta y todos los demás Carlos y Víctor de la operación 33. No contentos con los saqueos a los antiguos “tendotás” también hubo saqueos en instituciones que nada tenían que ver con la mala política. O sea, algunas instituciones monetarias se salvaron del régimen, pero no de los "revolucionarios"

Otros líderes se quedaron con las acciones de las empresas más importantes y muchas de las mejores estancias de los salientes. Esa noche cambiaron de dueño millares de vacas y bueyes, en fin, pasaron a ser demócratas y tradicionalistas.

Después de 25 años, muchos de los hijos de los antiguos colaboradores y familiares de Stroessner, disfrutan de las fortunas mal habidas de la corrupción que el régimen propiciaba. Algunos volvieron al poder, ocupan cargos importantes y tienen mucho prestigio. 

No tienen quizás la culpa de los actos de sus padres, pero ciertamente no pueden estar usufructuando de las fortunas amasadas de un régimen dictatorial, corrupta y cruel. Es plata sucia y todos saben de eso, menos quizás la justicia.

La democracia ya tiene 25 años, pero los vicios políticos de la dictadura permanecen indelebles. Ahora elegimos a los ladrones, en aquella época eran impuestos. Es la única diferencia. 

Por otro lado, las grandes obras realizadas en el país fueron las de Stroessner, eso no se puede negar. Porque la democracia no ha hecho ni un puente “kyha” las que se hizo, se hizo mal y los robos continúan en alta como aquel entonces.

Lo único raro y que debería darles vergüenza a colorados y liberales es que el gobierno de Fernando Lugo fue considerado el mejor de todos (era democrática). O sea, tan poco lo que ha hecho Lugo que fue suficiente como para dejarle atrás a toda esa manada de azulgranas que solo se aprovechan del poder. 

Los colorados ya habían demostrado eso, robándose entre sí el propio poder (en las internas de la ANR) y matándose. Pero los liberales fueron mucho más profundos en ese sentido. Se morfaron en un año más que muchos en treinta y cinco.

Tan poco lo que se pide, socialmente, que un excuracatólico (sin bancada en el congreso) enfermo, mujeriego y social comunista fue mejor que todos los doctores, ingenieros, generales, filósofos y medicos de la política criolla. 

En la época de Lugo, dice la gente, no faltaba remedio en los hospitales, a pesar de haber tenido una ministra de salud que se llamaba Esperanza Martínez. Según cuenta la mala lengua, pagaba caro por remedios vencidos. Por ahí podemos inferir lo que no habrán hecho los demás ministros de salud de los otros.

Es muy poco lo que la gente pide, pero es tan grande la falta de puntería política que hoy estamos bajo la batuta de un gran empresario (HC) del sector privado que no entiende nada de lo público y quizás quiera pasar sus cinco años haciendo más y más obras, seguramente para mostrar servicio y recuperar algunas inversiones hechas para penetrar en el mundo político. 

Sus mejores asesores no son políticos ni son nombrados, son buitres buscando oportunidades, además, nos quiere vender como asesores "ad honorem" Ese es un cuento que la población y los colorados están creyendo, sin embargo tiene plazo, para mostrar lo contrario a lo que yo pienso.

La gente quiere menos, menos corrupción, menos política de poder, menos contrabando, menos piratería, menos tráfico humano y de drogas. La gente quiere más remedios, más educación, más seguridad, más asistencia social, más salud, más atención a los niños, adolescentes, y principalmente más cuidados con nuestros viejecitos, aquellos que fueron olvidados por Stroessener, Rodríguez, Wasmosy, González, Duarte Frutos y Franco...





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