Paraguay rumbo a su renacimiento moral, político y económico.

Félix Gerardo Ibarra Prieto*

 

En los últimos 50 años o desde que me entiendo como persona y desde que comencé a vivir en Brasil, siempre he escuchado hablar sobre los productos falsificados (piratas) vendidos y comprados en el Paraguay. 


Los paraguayos, aunque no fabrican, venden ni compran tales productos, se quedaron con la fama. Quienes los producen son los chinos, quienes los venden son los árabes y quienes los compran suelen ser brasileños, pero la fama siempre quedó con los paraguayos.

Bueno, el tiempo ha pasado y es muy normal que haya cambios. Sobre todo porque Brasil, desde el gobierno de Collor, ha estado más abierto al comercio internacional. La interconexión es una lógica global y cualquiera puede comprar un producto chino hecho en India o Tailandia o una marca estadounidense hecha en China, Guatemala o Pakistán, desde cualquier lugar. Ya no se trata de las compras fronterizas ni de zonas francas.

Las circunstancias van cambiando y moldeando a los países, algunos se resisten al desarrollo y a la modernidad, pero son arrastrados por la “corriente”, les guste o no. Ninguna constitución nacional prohíbe el uso de un teléfono inteligente o Internet. Son tecnologías que nos invaden y, en cierto modo, nos obligan a utilizarlas. 

La pandemia ha acelerado los procesos digitales y con ella la telemedicina, la educación a distancia y las compras en línea y pueden realizarlas incluso quienes viven lejos de los grandes centros del mundo. Corresponde a cada gobierno facilitar y regular, prohibir ya no está en la agenda, como lo estuvo hasta la década del 80.

Para mí, que nací en Paraguay y vivo fuera de él, veo que el país ha avanzado mucho (para los que viven dentro siempre será diferente). Primero, la imagen del país: hoy se habla poco de productos pirateados y mucho de las fábricas de origen Mercosur (Maquilas) que allí se instalaron y crearon oportunidades; segundo, la agricultura y la ganadería (uno de los más grandes en productividad) en la producción y exportación de carne (el quinto más grande del mundo) tercero, mayor productor per cápita de energía renovable (Itaipú, Yacyretá y Corpus) en el sector público-privado y cuarto, tiene la tercera mayor flota fluvial del mundo (fruto de muchos jóvenes que estudiaron en el extranjero para manejarla)

Hogaño, el país utiliza el 100% de su energía provenientes de fuentes limpias, una de las pocas en el mundo. A diferencia de los europeos que exigen esto de los demás y utilizan el carbón como fuente. No tiene sentido fabricar coches eléctricos si la fuente de su energía es fósil. ¿De qué sirve una calle silenciosa, pero con el aire contaminado?

Se aceleraron otros grandes proyectos por medio de la APP (Asociación Público-Privada) en el área de infraestructura. En 1986, cuando salí de Paraguay, teníamos dos rutas asfaltadas (Ruta 1 que conecta Asunción con Encarnación y Ruta 2 que conecta la capital con Ciudad del Leste) que sumaban más o menos unos 600 km en casi 200 años de independencia. 

En los últimos 5 años del gobierno saliente (2018-2023)  se construyeron más de 4.000 km de nuevas vías pavimentadas e importantes puentes que unen ciudades, regiones e incluso países: como la Transoceánica (Atlántico-Pacífico), el puente de integración Paraguay-Brasil y el “Héroes del Chaco”, que une la región oriental con la occidental. Además se asfaltó la vía más importante del país (jejeje) que une San José con Tebicuary, conocida como “La ruta de la caña” que pasa por “Yhacá” y “Potrero Culto”, lugares que guardo en mi grato recuerdo de infancia.

El factor más importante que provoca todo esto, desde mi punto de vista, es la renovación política. Y cuando hablamos de renovación, hablamos de la ANR (Asociación Nacional República), el popular Partido Colorado, que es centenario y también el que más se renueva internamente. Tan renovado, que el actual presidente electo, así como su vice, provienen de otros partidos de oposición, algo que hace unos años hubiera sido imposible. 

Desde este punto de vista, en las pasadas elecciones resultó electo el actual presidente, Mario Abdo Benítez al ganar las internas (primarias) al actual presidente electo Santiago Peña, acusado de no ser un auténtico colorado como él. Todos ellos son de una nueva generación de políticos con una visión más moderna y republicana. Lo único que ha cambiado poco es la capacidad que todos (viejos y nuevos) tienen para corromperse.

Santiago Peña (presidente electo para el período 2023-2028) tiene algunos retos.

Santi, como lo llaman íntimamente, así como el actual presidente, conocido como Marito, pertenecen al mismo partido, y la oposición en Paraguay, en realidad, se resume al Partido Colorado. Son las diferentes corrientes dentro del mismo que luchan entre sí, normalmente por diferentes intereses particulares y sectoriales y no precisamente por los intereses del país. Es un partido pragmático, se unen para ganar las elecciones y ya después cada sector por su lado. 

La corriente de Mario Abdo Benítez (Marito) se basa en el tradicionalismo, que reúne a los presidentes de seccionales coloradas de todos los rincones del país (su promesa de campaña fue darles protagonismo a los dirigentes y así lo hizo fielmete). 

La base de Santiago Peña (Santi) es más heterogénea, coquetea con Venezuela y a la vez también tiene una base muy capitalista y le gusta más la iniciativa privada y es proisraelí: reconoce a Jerusalén como la capital de Israel. También se basa en la meritocracia, así como en el control absoluto y personal del jefe (Horacio Cartes). La relación con Brasil y Argentina, fue y será siempre una prioridad. Varios de los intereses vitales (producción de energía, comercio y transportes) dependen de la buena relación política, sin llevar en cuenta la ideología.


El anexo "C" del Tratado de Itaipú será renegociado y Brasil no tiene otro camino que entender las necesidades de su socio, que después de 50 años quiere disponer mejor de su parte, sea usándolo para su industrialización, o vendiendo mejor su parte al mejor postor. La diplmacia del atual gobierno Lula ya sabe que tendrá que ceder más de lo que puede y quiere. 

El primer reto es la independencia del gobierno Peña en relación a su padrino político, el expresidente Horacio Cartes, eso es casi imposible, ya que él (HC) es el presidente del partido (ANR) y tiene el grupo más numeroso, tanto en la cámara como en el senado, y aunque sea bueno para el gobierno, en realidad es una bancada un tanto privada del expresidente, que será el piloto de la mayoría y no Santiago. “El poder es fácil de alcanzar, difícil de ejercer y mucho más fácil de perder”, filosofa el escritor e investigador venezolano Moisés Naím.

El segundo reto será encarar el endeudamiento, que, personalmente, no veo con preocupación. Paraguay es uno de los países con menor deuda en relación al PIB (36%). Simplemente hay que administrar y nunca se hable de no pagar. Quizás sea urgente aumentar la carga tributaria de los que más ganan y menos el consumo de la gente pobre. Como en casi todos los países pobres del mundo, el Estado sirve más y cobra menos de los que no necesitan, así como sirve poco y cobra mucho de los que realmente necesitan. Educación de calidad es el único camino seguro. Su primer día fue simbólico, al leer cuentos a los alumnos. Ojalá no sea un cuento, al final. 

En tercero viene la seguridad interna que será un desafío abrumador: la inseguridad no se debe solo a la pobreza o a la falta de oportunidades, la seguridad es frágil también debido a la impunidad. Paraguay antes era mucho más pobre y más seguro, hoy es más rico e inseguro, por lo que se nota una falta de política pública de seguridad interna. Cuando agentes de la Policía Nacional son asesinados por tenderos mientras roban, se convierten en simples ladrones vulgares y no en luchadores contra la inseguridad. Falta de capacitación, filtro y mejores condiciones de trabajo. El modelo actual está completamente en bancarrota. De nada sirve cambiar al comisario, sino toda la estrutura y cultura del garrote en la Acadepol por inteligencia, buen sueldo, curriculum y mejores profesores. 

El siguiente gran reto, y aquí la cuestión es más compleja, será combatir la “narco política” ya que varios actores políticos están en la vida pública paraguaya (legisladores principalmente), camuflados como diputados y senadores e incluso controlando el poder judicial a través de la JEM (Jurado Enjuiciamiento de Magistrados). 


También se habla de varios traspiés del propio expresidente Horacio Cartes, a quien los Estados Unidos vigilan y le tienen en su radar, bien controlado. Además, se oye un proyecto de derogación de la ley de extradición entre Paraguay y EE.UU., con el objetivo de proteger al expresidente, en caso de que se solicite su extradición. 

Otro proyecto que se puede presentar y aprobar es la reelección, no consecutiva sino en el modelo chileno o como en el modelo brasileño o argentino. Con eso estoy de acuerdo, sin embargo, solo una vez y consecutivamente y no volver a postularse (como Lula da Silva y Cristina Kirchner) o como en Chile, no consecutivamente, pero con la posibilidad de postularse nuevamente, basta que no sea en la misma investidura (como Michelle Bachelet y Sebastián Piñera).

El último desafío será evitar el regreso del personal militar de la reserva al servicio activo. Esto incluso empezó en el agobierno saliente, con el hermano exvicepresidente Velásquez, destituido por Horacio Cartes y hoy se habla del regreso del general Piris al mando de la FAP (Fuerza Aérea Paraguaya), donde actualmente hay hombres dignos y profesionales de alta capacidad, sin necesidad de contaminación política. 

Estas decisiones mezquinas generan un gran malestar en la tropa, acostumbrada a la jerarquía, la disciplina y a las órdenes. Un desastre innecesario que harían si decidieran recolocarlo. No lo recomiendo. Este general que Horacio Cartes pretende reactivar no tiene ningún apoyo, siquiera de un soldado, mucho menos de los generales de la FAP. Será una decisión torpe. Si lo hacen, demostrarán que son pequeños y vengativos eso nomás. 

Finalmente, creo firmemente en las buenas intenciones tanto de Marito, que finalizó su mandato, como en las de Santiago Peña, que asumió el cargo el 15/08/23. Santiago tiene los conocimientos técnicos y políticos suficientes como para llevar a cabo la misión y profundizar los cambios por un Paraguay más justo, educado, productivo, seguro y conectado como el mundo moderno.




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